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Mostrando entradas de julio, 2010

Piñatas

La temporada de ciclones es hermosa, aunque inquietante, claro está. Este verano decidí suplantar al hombre del tiempo y volteé el croma hasta que se llenó el cielo de piñatas. Ahora está precioso: son piñatas inofensivas, aunque algunos se espantan y alegan que mi cielo está preñado de nubarrones. En fin, cuestiones de familia... Las piñatas de mi mapa isobárico son como globos sorpresa esperando que me plante debajo y los reviente de un cañazo. Ya he abierto varias: alguna me bañó de serpentinas relucientes y de ricos dulces; otras hicieron mucho ruido pero estaban vacías, como ojo de tuerto. Las piñatas huecas me agarran una pena amarga en el estómago y ahora me da miedo reventar esas tres tan hermosas que han brotado esta semana... Oh, sí, soportaría que también fuesen vacuas y disfrutaré, de todos modos, de mi paseo por las nubes; sin embargo la temporada de ciclones no es asunto de broma y el agua es bendita en la tierra de los corazones. Deseo que una de mis piñatas descargue u