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Mostrando entradas de septiembre, 2006

Leaves floating...

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Leaves floating on Aspen reflections , fotografía de Robert Turner

Aceite y vinagre

"Mira que te he dicho veces que en esta ensalada, Nicolás, el aceite y el vinagre, por mucho que los remuevas, no se mezclarán en la vida". Eso escuché que le decía mi vecina Adela a Nicolás, mi vecino, su marido. Nicolás no dijo nada, supongo que él andaría con la boca llena de ensalada. Después Adela dijo en un tono mucho más enfadado: "El aceite ya se ha cansado de tanto mareo", y sonaron cristales rotos: deduje que se habría quebrado la ensaladera o, más probablemente, la botella del aceite. Acerca del vinagre no escuché nada, pero imaginé que al romperse el aceite, Nicolás, en un movimiento reflejo, abrazaría el frasco del vinagre para que no corriera la misma suerte. Tal vez por eso, vi a Nicolás por la mirilla, salir de casa, abrazando algo bajo la cazadora (algo que sería seguramente la botella del vinagre). Nunca he encontrado el punto para el aderezo de las ensaladas, pero he entendido -por la gravedad de la cara de Nicolás y el tono de la voz de Adela- qu

Niña-delfín

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Después de cinco años, Sofía ha logrado cruzar el callejón sin poner ni un pie en el suelo. ¿Qué? ¿Volando? Qué va: Sofía no tiene plumas, es una niña-delfín. Ha caminado sobre las aguas, milagro: un pie en cada charco, splash, splash, splash, alehop. ¡Genial! La sonrisa de Sofía ahora es como una explosión de salpicaduras brillantes debajo de dos estrellas color miel. Esos charcos no son tan fáciles de pisar uno por uno sin poner un solo pie en el suelo, créeme. Ella lo ha conseguido en sólo cinco años. Ahora no le quedará más remedio que buscar un callejón más largo, o más ancho, con charcos más grandes, o más profundos. Puede que al final de ese callejón, o del siguiente, esté el mar. Daría lo que fuera por ver los ojos de Sofía ese día, sorprendidos de repente por el mar, la niña-delfín.

Ballenas azules

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Una vez por fin, la chica pelirroja abrió su bloc verde y frunció todas las palabras que me fue leyendo enérgicamente: “La ballena azul (Balaenoptera musculus) es el mayor animal sobre la tierra. Algunos ejemplares han alcanzado longitudes de 33 metros y pesos de 190 toneladas. En la parte superior de la cabeza cuentan con dos orificios, llamados aventadores, que les sirven para respirar. Con frecuencia expulsan columnas de agua vaporizada de hasta 9 metros de altura. La ballena azul puede llegar a tener un corazón tan grande como un automóvil; su lengua alcanza las dimensiones de un elefante adulto, y su cerebro pesa cuatro veces más que del cerebro humano, y muestra signos de una gran inteligencia. Los expertos calculan que actualmente sólo quedan unos 1000 ejemplares: la especie ha sido cazada casi hasta la extinción para obtener sus huesos, aceite y carne. Las ballenas azules viven hasta 90 años en buenas condiciones. Sin embargo, debido a su caza la media de edad es de 25 años”.

Musarañas

La musaraña enana ( sorex minutus ) mide 4 centímetros de longitud y pesa 2 gramos. Es el mamífero más pequeño del mundo. Su corazón late a 1.200 pulsaciones por minuto. La musaraña se alimenta de insectos, constantemente: si deja de comer durante 3 horas, muere de inanición. Su esperanza de vida media es de un año. La hembra está provista de 3 pares de glándulas mamarias. Cuando las crías son mayores, sin llegar a ser independientes, la madre las conduce en caravana: cada cría sujeta con una mandíbula la base de la cola de otra, mientras que la primera se aferra a la madre. "Todos los actos humanos están motivados, en su nivel más profundo, por una de estas dos emociones: el TEMOR o el AMOR".

Alumbramiento

A Silvia le dieron un puzzle precioso, bien compuesto, terminadito: “lindo”, piensa ella ahora mientras lo observa con amor. Se acurruca y sigue mirándolo. De repente una vuelta de tambor y mucha luz. Luego silencio y frío. Humedad. Un hilo zigzaguea brillante y desaparece por el techo blanco. El cabo del hilo está amarrado por arte de magia a la última pieza del puzzle de Silvia. Algo o alguien da un tirón del hilo y ella ve cómo su puzzle se desarma y todas las piezas ruedan por el suelo sin ningún orden imaginable. Entonces es cuando Silvia decide llorar, llorar y llorar mucho, desconsoladamente. A su alrededor nadie ha visto nada. Continúa haciendo frío y las piezas siguen allá, desparramadas. Como para no llorar. Bienvenida, Silvia.

Visiones de neurastenia

"Decía que estaba toda la calle de Alcalá llena de esqueletos. Uno, enfundado en un gaván, corría detrás de un tranvía dando zancadas absurdas. Otros, desmoronados en los divanes de un café, dejaban pasar las horas. Un esqueleto de un hombre transcurrió dialogando con un esqueleto de mujer. Ella parecía enojada y él triste. Dentro de un quiosco estaba otro esqueleto. Llegaban muchos esqueletos, compraban tabaco y se marchaban echando humo por todos los huecos de la calavera... Y yo pensaba: ¿por qué corre aquella armazón de huesos si al fin... todo es igual? Visiones de neurastenia , Wenceslao Fernández Flórez

Estrellas

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"El quinto planeta era muy extraño. Era el más pequeño de todos. Había apenas lugar para alojar a un farol y un farolero. El principito no lograba explicarse para qué podían servir, en algún lugar del cielo, en un planeta sin casa ni población, un farol y un farolero. Sin embargo, se dijo a sí mismo: -Tal vez este hombre es absurdo. Sin embargo, es menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor. Por lo menos su trabajo tiene sentido. Cuando enciende el farol es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda". El Principito , Antoine de Saint-Exupèry

Extraño

Mi memoria es un jardín lleno de hermosas y extrañas flores. Ni un solo día transcurre sin que yo las riegue, las mime y les dedique al menos un pensamiento feliz. Para mí, es la única forma de evitar que se marchiten. Aún de este modo, sé que algunas habrán muerto antes que yo. No quiero que tú seas una de ellas. Mi corazón vive en mi jardín y es cada día más rojo y brillante. Tengo la sensación de que la mayoría de esas bellas flores ni siquiera sospechan que mi corazón las está mirando. Podría decir que amo en secreto a la práctica totalidad de aquellos a quienes amo. Porque no saben que los amo. Los amo a hurtadillas, desde cientos de kilómetros de distancia; desde años y años de distancia. No lo podrían ni barruntar. O sí: la duda positiva me alimenta, he de ser franco.

Tregua

Me pregunto muchas veces si será peor tener un padre muerto que un padre huido, si será más llevadera la orfandad que el abandono. Cuando llega la noche, me refugio en mis pensamientos, que sobreviven encadenados a las horas. La oscuridad a mis espaldas, la luz anaranjada del quinqué, el ruido del ventilador de mi ordenador personal, lo golpes de las teclas, la silla que cruje por culpa de mi obesidad mórbida. Ha venido ya la noche con su saco de miedo y su espejismo de tregua. Finalmente el sueño cómplice abate a todos, a todas, que caen en las camas enemigas sin poder revolverse siquiera para escupir en la cara del verdugo. A esa hora se abren chirriantes los cerrojos de las celdas de los cautivos, y pisamos la hierba fresca con los pies entumecidos, y tocamos la tierra con los dedos, y nos gusta que la tierra se meta debajo de nuestras uñas sucias, y hasta la probamos con la boca y nos parece dulce, la tierra y la hierba dulces. Cadena perpetua. Quiero cantar una canción, o al menos

¿Dónde dejaste tus zapatos?

Al cabo de diez años de vida monacal, un discípulo zen llamó a la puerta, se descalzó y cruzó el umbral de la estacia donde su maestro se hallaba recogido en silencio: -Maestro, después de diez años estudiando y meditando a su lado, creo que he aprendido lo suficiente. Solicito su aprobación para abandonar el monasterio y seguir mi camino en el mundo. El anciano lo miró sin levantarse y solamente preguntó: -¿Recuerdas en qué lado de la puerta has dejado tus zapatos al entrar? El discípulo no lo recordaba. Guardó silencio. -Vuelve dentro de otros diez años, cuando puedas recordarlo- dijo el maestro, y lo despidió con un gesto leve.

Astronomía

Una amiga repite esta frase y asiente tranquila con una sonrisa: "No camines delante de mí, que tal vez no te siga; no camines tras de mí, que tal vez no te guíe; camina a mi lado, y sé mi amigo". Los ojos brillan como las estrellas, y no importa si son las lágrimas o el reflejo de un sol esta vez. Yo asiento también, tranquilo de que seas mi amiga, caminando a este lado. A veces hay años luz entre las estrellas, sin embargo ellas siempre se ven y se envían guiños a través del espacio, por largo que sea... Adoro la astronomía. Razonable o no. Once. Nueve. Siete. Cinco. Tres. "Y qué le voy a hacer si, con razón o sin razón, auqnue tú me des la vuelta tengo el mismo corazón". Gracias.

Matar a un hombre

¿Sabes a qué me refiero?: Ese momento en que te invade la certeza de que ya eres capaz de matar a un hombre. Es un vistazo, una sensación, y no cabe duda. He tenido hoy esa seguridad sin derecho a cambio o devolución, como la ropa interior. Algo parecido a lo q se siente al circular por un carril habilitado en sentido contrario y, cuando ya te has acostumbrado a la idea, de repente, una flecha blanca de dirección se acerca apuntándote, se te echa encima y se pierde debajo de tu coche... Algo parecido a lo que se siente cuando te despiertas a las 8 de la mañana de un día cualquiera y en la cama de tu hija no está tu hija: está tu mujer revuelta con tu mejor amigo, todo perdido de semen, de humo y de desnudez. Algo parecido. ¿Sabes a qué me refiero?