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Mostrando entradas de mayo, 2007

Tread softly

Hace más de diez años y menos de veinte, ángel de ojos tiernos, me regalaste este poema de Yeats, para siempre. Yo acaricié tus alas y te ofrecí una tuerca con su tornillo. Gracias. Un beso. Te quiero. Tread Softly by Heebok Lee Uploaded by Razorbuzz

Faro en llamas

Tu voz, ese saxo triste que oposita a funcionario de mis oídos anegados de palabras y barro. Renquea tu voz, como las gaviotas viejas y los cormoranes hambrientos encima de los barcos de regreso. ¿Cuándo me libraré de tu voz que no me habla? Como los corazones, de regreso, con las redes deshechas por las cuchillas del fondo del océano, tan suave y tan hermoso. El faro donde me escondo de tu voz, arde inexplicablemente en llamas en medio de las olas frías que rompen. Me quedo aquí, me gusta sentir este fuego y este frío, juntos, extraños pero juntos. ¿Qué dices, que moriré? Sin duda. Tú también, algún día. El tiempo es un capital que quiebra, como el dinero, como los besos y las caricias y los "tequieros".

Insoportable levedad

Resbalo, caigo en el lado oscuro del corazón: es una boca de lobo, un túnel sin Ernesto, un ángel ciego con las manos ensangrentadas. Los poemas aquí son como dentelladas sordas. Quiero morder los labios, gritar con la boca llena. Los brazos y las piernas se me hunden: ¿dónde?, no hago pie: respiro, no hago nada. Antes masticaba hastío, qué palabra tan benevolente. Pero tranquilo, no nos conoce: juez y parte tamizan la mejor cicuta. Mis yoes me esperan con tus yoes, y me gritan sin que pueda oírlos. Me enrabieto porque anhelo esos poemas que me clavan, esos dulces de leche materna y agria. Imagino esos cantos de sirena que se pierden sin Ulises entre las olas. Trago y cierro los puños. Entorno los ojos y dejo que el cielo, definitvamente, me aplaste. Sé que me lo permito porque sólo serán seis horas. Buenas noches.