Palangana bendita

"Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina
y bailes sin orquesta y ramos de rosas con espinas"

"Lucas... Luuuuuuuuucas, agüita, Lucas". Agüita bendita, como en las palanganas de los templos, como en las catedrales y en las basílicas. Y Lucas acude, por dirección prohibida. Cua, cua. Agüita santa, me lavo las manos como Pilatos, los pies como los invitados a la cena en casa de Lázaro. Agüita limpia y fresca, como tus palabras llenas de pecados veniales y rimas, mojadas de corazones que se quedan en la garganta, en la mía. "Lucas, Luuuuuuucas, ven aquí, Lucas". Y Lucas se confía y te habla, con esa voz que por teléfono no dirías que es suya. Tal vez huele a nido, o a cielo o a estanque o a plumas de pata... Lucas, ay, Lucas... Gracias, Teide, montaña...

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