Carta para Beatrice (III)
querida Beatrice:
imagina un momento después de la muerte en que todavía puedes agarrar las cosas con las manos, distinguir los olores, mirar tu cuerpo con tus ojos aunque estén cerrados, sentir el calor de una estufa a pesar de que el cuerpo que abandonaste esté ya frío. Imagina ese momento desconocido, confuso. Imagina que ese momento aún permite
(...)
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